El bombero Gary Wilson no dudó ni se lo pensó dos veces cuando le realizó el boca a boca a un cachorro que acababa de rescatar en un incendio.
Cuando el bombero Wilson sacó al cachorro, mezcla de pit bull de unas 16 semanas de edad, del fuego que se había producido en Waganui (Nueva Zelanda) estaba prácticamente sin vida. Rápidamente utilizó su mano para hacer de embudo en la nariz del cachorro y empezó a reanimarlo.
“Es una reacción natural”. “Parte de nuestro entrenamiento tiene que ver con proteger y salvar la vida para finalmente preocuparnos de las propiedades“, comentaba Wilson.
Cuando el perro estaba en el fuego, al principio pensaron que estaba muerto pero pudieron ver como temblaba. Sabiendo que todavía había alguna oportunidad Wilson comenzó a resucitarlo. Una vez fuera del fuego se le dio oxígeno al perro y lo llevaron a una clínica veterinaria cercana. Estuvo controlado durante toda la noche y al día siguiente ya estaba en su casa.
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