Un vecino colocó una silla donde estaban los dos perros para que el que estaba vivo no resultara atropellado. El perro no abandonó el cuerpo de su amigo fallecido hasta que otro vecino decidió sacarlo de la carretera para finalmente enterrarlo en un parque cercano, todo bajo la atenta mirada de su compañero fiel. Desconocemos que ocurrió con el otro perro.
Otro ejemplo de la gran lealtad y nobleza que tienen los perros.
¿Y donde esta el conductor que lo atropello?, ¿Acaso se dio cuenta que atropello a un Perro, pero igual no le importo y siguió de largo?. TENÍAN QUE SER CHINOS! CON UN CORAZÓN DE PIEDRA Y FRIÓ!
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