sábado, 19 de julio de 2014

Trabajadores de una empresa de bricolaje construyen y pagan una silla especial para un perro discapacitado


Rebecca Pierce y su perro terrier, Wally, son tal para cual. Él lo es todo para Rebecca, pero cuando ella regresó de un viaje fuera de la ciudad y fue a recogerlo de la perrera de su veterinario supo que algo iba mal, el perro había sufrido una parálisis. La amabilidad de los empleados de la tienda de bricolaje ‘Home Depot‘ hizo que todo cambiara.
Al llegar a la perrera, Rebecca fue trasladada a una sala de examen y no tenía ni idea de lo que le iban a decir. “Ellos lo trajeron y vi que no podía utilizar sus dos patas traseras”, comentó Rebecca.
El personal de la perrera tenía que informarle que no sabía con exactitud que era lo que le había pasado al perro. La presunta causa de su parálisis fue una hernia de disco en la columna vertebral. Tanto Wally como Rebecca se sentían indefensos mientras los veterinarios trataban de adivinar que era lo que había pasado.
“Él estaba usando sus patas delanteras para desplazarse. Necesitaba una silla especial o tendría que seguir arrastrando sus piernas”, comentó Rebecca.
A pesar de que el personal veterinario estaba perplejo, el espíritu de Wally nunca se fue abajo. Él todavía seguía siendo su pequeño y dulce ser. Rebecca se puso a trabajar para conseguir una movilidad temporal para el perro. Comenzó a buscar soluciones por internet.
“Vi a la gente en Youtube haciendo sillas con ruedas para perros. Pensé, que todavía tenía fuerzas. Sigue siendo feliz. Está comiendo, bebiendo. Apuesto a que podría hacer una silla de esas”, comentó.
Después de ver los vídeos la mujer decidió ir a la tienda de bricolaje ‘Home Depot’ llevando a Wally en sus brazos. Allí fue donde encontró a los ángeles de la guarda de Wally.
Los empleados pasaron horas ayudando a construir una silla para Wally, posiblemente la mejor silla que podría tener.
Cuando acabaron de hacer la silla y Rebecca fue a pagar, le comunicaron que la empresa se hacía cargo de todos los gastos.
Han pasado varias semanas y el perro está recuperándose muy bien con sus tratamientos y ajustes. Va lento pero seguro, Wally está recuperando la fuerza en sus patas traseras. Sin embargo, de momento, Wally tiene que seguir utilizando su nueva y brillante silla especial.

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