Rita es una perra que fue encontrada en las calles de Rumanía en un estado lamentable. Se le veían todos los huesos y viendo la foto de cuando fue encontrada cuesta creer que se pudiera recuperar por completo gracias a un buen samaritano que la ayudó.
Cuando un transeúnte encontró a Rita decidió llevarla rápidamente hasta el refugio Maoland, un centro en el que una madre y su hija cuidan de unos 400 perros con escasos recursos.
Con lágrimas entre los ojos, las dos mujeres de Maoland cogieron a Rita en sus brazos, pero tenían muy pocas esperanzas de poder salvarle la vida. Desgraciadamente, no tienen edificios, ni agua corriente, ni electricidad. Su “refugio” es simplemente una gran parcela de tierra cercada y algunas perreras improvisadas.
“Maoland esta dirigido por Marinela Pipera, una mujer de 60 años de edad, y por su hija Andrea junto con algunos voluntarios”. “Esta gente no tiene dinero, ni siquiera un coche para poder llevar los animales enfermos al veterinario, el más cercano está a una hora y media”, explica la defensora de los animales, Linda Blaschette.
Otra asociación se enteró del estado de Rita, y la historia de la perra dio un giro de la noche a la mañana. Una voluntaria la asociación llevó a Rita a una clínica veterinaria.
La recuperación de la perra ha sido impresionante y su transformación todo un milagro. Poco a poco se ha ido recuperando.
En las últimas semanas la ira del mundo se ha vuelto contra las autoridades de Rumanía. Acusadas de su política a la hora de tratar a los perros callejeros, llevan más de 20 años de exterminio de perros que viven en la calle.
“La experiencia de Rita ha sido un auténtico milagro, uno hecho por un héroe que la ha curado”. “No hay mejor momento para nosotros que estar al lado de estos perros rescatados en Rumanía”. “Es increíble ver como estos perros se funden en abrazos con sus rescatadores. Estos momentos de luz y de gran amor entre los perros y las personas que los salvan, superan con creces la oscuridad que tratan de superar”.
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