Cuando Ruby nació el pasado año, los veterinarios no le habían dado mucha esperanza de vida. El perro había nacido con el labio y el paladar hendido y los veterinarios aconsejaron sacrificarlo.
Después de un intento de cuidar del perro durante los primeros cinco días de su vida, su criador se rindió y dejó a Ruby en “Utah Animal Advocacy Foundation”, ubicada en Salt Lake City (Utah). El cachorro estaba muy desnutrido.
Cuando Jennifer llevó a Ruby con los veterinarios, la opción de la eutanasia no le valía. Sabía que sería una tarea difícil sacar al perro adelante pero tenía que intentarlo.
“Ella me iba a ayudar para tratar de salvarlo, si eso era lo que quería hacer”. “Mientras estaba allí sentada tratando de tomar una decisión, Ruby empezó a chuparle el dedo y yo sabía que no estaba dispuesto a darse por vencido”, comento Jennifer.
La alimentación del cachorro tenía que ser por sonda en mitad de la noche, cada cuatro o cinco horas. Esto se llevó acabo desde su nacimiento.
En marzo un cirujano de la facultad veterinaria de la Universidad de Pennsulvania se enteró del caso de Ruby y decidió ayudar a Jennifer.
Ahora la vida del perro ha cambiado por completo y como se puede ver es maravillosa. Este caso es todo un ejemplo de que por mucho que se crea que en algunos casos no hay posibilidades para salvar a un perro … siempre hay una luz de esperanza.
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