viernes, 18 de julio de 2014

Este perro es la prueba de que deberíamos vivir cada día como si fuera el último


La familia Roberts sabían que tendrían que poner a dormir a su querido perro Duke, después de que el cáncer empezara a invadir su cuerpo. Por lo tanto, decidieron hacer su último día en la tierra lo más especial posible.
Duke, es un perro de raza Labrador que vive en Houston (EE.UU.), fue diagnosticado de osteosarcoma en la pata hace unos años. El osteosarcoma es el cáncer más común en los perros. Los tumores asociados a la enfermedad son agresivos y hacen metástasis muy rápido.
A Duke se le amputó una de sus patas delanteras, pero el tumor se hizo más grande y finalmente comenzó a separar las costillas del perro, haciendo que cada vez tuviera más dolor.
Su propietario, Jordan Roberts, programó su sacrificio. Pero antes de decir adiós a Duke, la familia decidió sacarlo a disfrutar de las cosas buenas de la vida. Roberts le pidió a su amigo y amante de los animales, el fotógrafo Robyn Arouty, que captara en fotos los últimos momentos del querido perro de la familia.
Duke comió hamburguesas, se retozó en un parque acuático y se pasó el día entero rodeado de la gente que más quería.
“Realmente fue hermoso”. “Comenzó el día con las hamburguesas, entonces los chicos se acercaron y luego otros amigos. El parque acuático fue espontáneo. Y entonces Duke entró en “El Puente del Arco Iris”, que es, irónicamente, también un término usado para el lugar al que las mascotas van cuando mueren. Me sentí honrado”, comentó Arouty.

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